viernes, 29 de julio de 2011

“¿De dónde vendrá mi ayuda? Mi ayuda viene de Jehová, el Hacedor del cielo y de la tierra.”—Sal. 121:1, 2.



NO PUDIÉRAMOS tener mayor ayudante que el Creador, Jehová Dios. ¿verdad?
Nada puede impedir que Jehová Dios ayude a su pueblo. Él puede prestar ayuda en medio de toda circunstancia Su poder es tan grande que puede mantener al universo físico en existencia por toda la eternidad. Esto se desprende claramente de Salmo 148:2-6, donde se nos dice que Jehová Dios hace que el Sol, la Luna y las estrellas ‘subsistan para siempre, hasta tiempo indefinido.’
Sí, Jehová controla tremendas fuerzas naturales y puede usarlas para efectuar su voluntad. Señalándole esto a su siervo leal Job, Dios dijo: “¿Has entrado en los almacenes de la nieve, o ves siquiera los almacenes del granizo, que yo he retenido para el tiempo de angustia, para el día de pelea y guerra?” (Job 38:22, 23) Cuando es su propósito, Jehová, por el funcionamiento de su espíritu, hasta puede producir y controlar terremotos, dirigir los relámpagos y secar mares y ríos.—1 Sam. 14:15; 2 Sam. 22:15; Sal. 66:6; 74:15.
El espíritu santo o fuerza activa es como un poderoso instrumento siempre a disposición de Jehová. Cuando uno de sus siervos se encuentra en una circunstancia penosa, por medio de Su espíritu el Todopoderoso puede hacer que la mente de éste recuerde principios bíblicos y ayudarlo a ver cómo éstos aplican en su caso. (Juan 14:26) De esta manera se fortalece al individuo para que aguante y conserve excelente conducta. Por medio de usar su espíritu, Jehová Dios puede incitar el corazón y la mente de sus siervos a responder a las necesidades de sus compañeros de creencia e ir en su ayuda. (Mar. 10:29, 30) Por medio de su espíritu, Jehová puede, a veces, hasta impeler a los gobernantes a hacer lo que él desea. Como dice Proverbios 21:1: “El corazón de un rey es como corrientes de agua en la mano de Jehová. Adondequiera que se deleita en hacerlo, lo vuelve.”
El Altísimo también tiene a su mando millones de ángeles poderosos. (Dan. 7:10) El hecho de que él usa a éstos para ayudar a sus siervos en la Tierra se muestra en Salmo 34:7, donde leemos: “El ángel de Jehová está acampando todo alrededor de los que le temen, y los libra.”
Aunque algunos de nosotros quizás muramos como individuos a manos de hombres como prueba de que nuestra devoción a Jehová Dios es inmutable, podemos estar seguros de que Jehová no nos desamparará. Nos ayudará a permanecer como siervos aprobados de él. Mientras nos esforcemos por servirle, nuestra relación con él es segura. “Estoy convencido,” escribió el apóstol Pablo, “de que ni muerte, ni vida, ni ángeles, ni gobiernos, ni cosas aquí ahora, ni cosas por venir, ni poderes, ni altura, ni profundidad, ni ninguna otra creación podrá separarnos del amor de Dios que está en Cristo Jesús nuestro Señor.” (Rom. 8:38, 39) De modo que, entonces, prescindiendo de lo que hayamos de arrostrar en el futuro, siempre confiemos en que Jehová puede ayudarnos a conservar una relación aprobada con él.

viernes, 17 de junio de 2011

“Muestre la misma diligencia a fin de tener la plena seguridad de la esperanza hasta el fin.”—Heb. 6:11.

De nuestro estudio bíblico hemos aprendido que estamos viviendo muy adentro del “tiempo del fin.” Por todas partes hallamos evidencia que corrobora lo que la Biblia nos dice acerca de su brevedad.
Difícilmente es tiempo para que el cristiano se excuse. Más bien debe tener una actitud de  buena voluntad, para dar de sí mismo. ¿Por qué debería ponerle un límite a lo que Jehová le pida cuando le debe tanto a Jehová?
El consejo que la Biblia da a los cristianos es de  ser diligentes hasta el fin y este consejo es sumamente práctico. No debemos desatenderlo, mostrándonos renuentes a efectuar nuestra parte completa y razonable en el ministerio del campo, resistiendo toda sugerencia para nuestro progreso en rendir servicio a nuestros hermanos y prestar ayuda a la congregación en lo que necesite, o siempre dejando de ofrecernos voluntariamente para oportunidades de servicio. “Dios ama al dador alegre,” se nos dice, y el dar que más ama Jehová es el de aquellos que dan de todo corazón de sí mismos en Su servicio. (2 Cor. 9:6, 7) El que usted dé de usted mismo producirá resultados que lo vigorizarán y lo refrescarán.
Cuando Jesús inició el ministerio cristiano declaró: “La mies, en realidad, es mucha, mas los obreros son pocos. Por lo tanto rueguen al Amo de la mies que envíe obreros a su mies.” Aquellos primeros setenta obreros pasaron un tiempo muy feliz y “volvieron . . . con gozo.” (Luc. 10:2, 17) Centenares de miles están siguiendo ahora en su senda y los diligentes continúan hallando gozo en el ministerio. “Si saben estas cosas, felices son si las hacen.” “El que mira con cuidado en la ley perfecta que pertenece a la libertad y persiste en ella, éste, por cuanto se ha hecho, no un oidor olvidadizo, sino un hacedor de la obra, será feliz al hacerla él mismo.”—Juan 13:17; Sant. 1:25.
Entretanto, el trabajar duro en el ministerio del campo y con su congregación no lo cansará sino que lo mantendrá vivo, saludable en la fe, feliz y refrescado. “Vengan a mí, todos los que se afanan y están cargados, y yo los refrescaré. Tomen mi yugo sobre ustedes y háganse mis discípulos, porque soy de genio apacible y humilde de corazón, y hallarán refrigerio para sus almas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera.”—Mat. 11:28-30.


Estos han resultado ser los “tiempos críticos, difíciles de manejar” y los hombres por lo general son amadores de los placeres más bien que amadores de Dios y de obras piadosas. (2 Tim. 3:1, 4, 5) Para su protección manténgase ocupado en el ministerio: “En verdad, ¿quién es el hombre que les hará daño a ustedes si se hacen celosos de lo que es bueno? Pero aun si sufrieran por causa de la justicia, son felices. Sin embargo, no teman lo que para ellos es objeto de temor, ni vayan a agitarse.” (1 Ped. 3:13, 14) No se excuse; persista en su esfuerzo vigoroso. “Porque a este fin estamos trabajando duro y esforzándonos, porque hemos cifrado nuestra esperanza en un Dios vivo, que es Salvador de hombres de toda clase, especialmente de los fieles.”—1 Tim. 4:10.

jueves, 26 de mayo de 2011

¿Cómo podemos fortalecernos en Jehová?

 En la Biblia encontramos
experiencias que nos ayudará a ver lo que se requiere para recibir fortaleza de Jehová en tiempo de prueba.
Sabemos por la Palabra de Dios que David fue un siervo fiel y leal de Dios. Por medio de estudio y meditación tenía conocimiento considerable de Dios y del trato de Dios con el hombre. Esto lo revelan sus muchos salmos de la Biblia. Por ejemplo, David escribió: “He recordado días de mucho tiempo atrás; he meditado en toda tu actividad; de buena gana me mantuve intensamente interesado en la obra de tus propias manos.” (Sal. 143:5) David tenía la práctica de hacer esto. No esperaba hasta afrontar alguna emergencia.

Esto le proporcionó a David un depósito de conocimiento y experiencia acerca de Dios y sus tratos al cual acudir en su apuro en Siclag. Esto sería un estímulo y fuerza para él. Como escribió: “En Dios he cifrado mi confianza; no tendré miedo. ¿Qué puede hacerme la carne?”—Sal. 56:4; 31:1.

También, David sin duda recordaba como Dios le había ayudado maravillosamente en ocasiones previas. ¿No le había dado Dios victoria sobre el gigante Goliat? David verdaderamente podía decir: “Jehová es mi luz y mi salvación. ¿De quién he de temer? Jehová es la plaza fuerte de mi vida. ¿De quién he de sentir pavor?”—Sal. 27:1.
El mismo Dios que fortaleció a David también nos suministra fuerza y aguante a nosotros que nos esforzamos por servirle fielmente hoy día. Por medio de su espíritu él nos da poder que nos capacita para hacer más allá de lo que normalmente podemos hacer para llevar a cabo su voluntad y la comisión que nos ha dado, para que nos enfrentemos a emergencias imprevistas, y para que derrotemos la persecución.—2 Cor. 4:7.En el caso de David, hubo una asociación estrecha con la organización de Jehová, y en tiempo de prueba esta asociación resultó muy provechosa y fortalecedora. ¡Qué excelente exhortación para nosotros hoy día hay en estas experiencias! ¡Tenemos que adherirnos estrechamente a la organización visible de Jehová! Aquí es donde recibimos las fuerzas y estímulo que necesitamos.
Continuaremos nuestro estudio personal de la Palabra de Dios, y reuniéndonos en las reuniones de la congregación. Oraremos sin cesar a Jehová pidiendo guía y fuerza, y vigorosamente nos ocuparemos en hacer su voluntad. Dios ha prometido: “De ningún modo te dejaré y de ningún modo te desampararé.” Creemos esto con todo nuestro corazón, y firmemente decimos: “Jehová es mi ayudante; no tendré miedo. ¿Qué puede hacerme el hombre?” (Heb. 13:5, 6) ¡Sí, podemos aguantar las pruebas del futuro con la fuerza que proviene de Dios!

sábado, 30 de abril de 2011

“Sigan consolándose unos a otros"

Siempre debemos estar firmemente, resueltos a animarnos  unos a otros a medida que se acerca el día del fin de este sistema. Estimule a otros con su ejemplo de fidelidad y palabras consoladoras. Imite a Jehová y al Señor Jesucristo en este sentido. No deje que solo los ancianos de la congregación sean los que den estímulo. Hasta los ancianos mismos necesitan estímulo. Ellos tienen debilidades y flaquezas como los demás miembros del rebaño y tienen que luchar contra las mismas dificultades para proveer para sus familias en un mundo que degenera. Además, tienen lo que Pablo describe como la inquietud por las congregaciones. (2 Corintios 11:28, 29.) Tienen que efectuar una obra difícil... y necesitan estímulo.



Usted puede animar muchísimo a los que lleban la delantera en la congregación cristiana por medio de cooperar con ellos. Así estará siguiendo el consejo de Hebreos 13:17: “Sean obedientes a los que llevan la delantera entre ustedes, y sean sumisos, porque ellos están velando por las almas de ustedes como los que han de rendir cuenta; para que ellos lo hagan con gozo y no con suspiros, por cuanto esto les sería gravemente dañoso a ustedes”.

 Vivimos en tiempos que desaniman. El corazón de los hombres ciertamente desmaya por el temor y la expectación de las cosas que vienen sobre la tierra habitada, como predijo Jesús. (Lucas 21:25, 26.) Por consiguiente, puesto que hay tantos problemas que pueden deprimirnos y desanimarnos, ‘animémonos unos a otros, y tanto más al contemplar que el día se acerca’. Sigamos el buen consejo del apóstol Pablo en 1 Tesalonicenses 5:11 “Sigan consolándose unos a otros: y edificándose unos a otros, así como de hecho lo están haciendo”.



jueves, 7 de abril de 2011

¿Sabes como la Biblia te acerca a amar a Jehová?


El primer paso para aprender a amar a Dios es reconocer lo razonables y prácticos que son sus mandamientos. “Esto es lo que el amor de Dios significa —señala el apóstol Juan—: que observemos sus mandamientos; y, sin embargo, sus mandamientos no son gravosos.” (1 Juan 5:3.) Por ejemplo, la Biblia contiene consejos que ayudan a los jóvenes a discernir si está bien ingerir bebidas alcohólicas, tomar drogas o tener relaciones sexuales prematrimoniales. La Biblia ayuda a los matrimonios a resolver sus diferencias y suministra a los padres pautas para criar a sus hijos. Cuando se aplican, las normas morales de la Biblia benefician a jóvenes y adultos, prescindiendo de sus antecedentes sociales, educativos o culturales.
Tal como el alimento nutritivo nos da las energías para trabajar, la lectura de la Biblia nos da fuerzas para vivir en conformidad con las normas divinas. Jesús asemejó los dichos de Dios al pan que sustenta la vida (Mateo 4:4). También dijo: “Mi alimento es hacer la voluntad del que me envió” (Juan 4:34). En realidad, alimentarse de la Palabra de Dios lo preparó para resistir las tentaciones y tomar decisiones sabias (Lucas 4:1-13).
Puede que al principio a usted se le haga difícil alimentarse de la Palabra de Dios y adoptar sus normas. Pero recuerde que cuando era pequeño, tal vez no le agradaba el sabor de ciertos alimentos que le beneficiaban. Para crecer fuerte y saludable, tuvo que aprender a disfrutarlos. De igual manera, quizás le tome tiempo cultivar el gusto por las normas de Dios. Pero si persiste, llegará a amarlas y adquirirá fortaleza espiritual (Salmo 34:8; 2 Timoteo 3:15-17). Aprenderá a confiar en Jehová y se sentirá impulsado a ‘hacer el bien’ (Salmo 37:3).

sábado, 12 de marzo de 2011

Sirva a Jehová con corazón completo.

Para que la gente a la cual presentamos el mensaje tome acción en cuanto a lo que oye y sirva a Jehová con un corazón completo, tenemos que llegar a su corazón. David sabía que su hijo Salomón tenía la verdad en el corazón, y por lo tanto podía dar a Salomón la amonestación de ‘servir a Jehová con corazón completo y con alma deleitosa.’ (1 Cró. 28:9) Por eso, en nuestro ministerio, debemos ejercer diligencia plantando la semilla de la verdad de la Palabra de Dios en el corazón de los hombres. Por supuesto, no todos los corazones son buen terreno; sabemos eso. Pero solo Jehová conoce los corazones, así es que debemos hacer todo lo que esté a nuestro alcance para plantar la semilla, regarla y cultivarla a fin de que pueda producir buen fruto en aquellos que desean servir a Jehová con un corazón completo.



Acuerdece ...


Después de enseñar a sus discípulos con muchas ilustraciones con respecto al Reino, Jesús dijo: “¿Captaron ustedes el sentido de todas estas cosas?” Ellos le dijeron: “Sí.” Entonces les dijo: “Siendo así, todo instructor público, cuando ha sido enseñado respecto al reino de los cielos, es semejante a un hombre, un amo de casa, que saca de su tesoro cosas nuevas y viejas.” (Mat. 13:51, 52) También dijo: “El hombre bueno del buen tesoro de su corazón produce lo bueno, . . . porque de la abundancia del corazón habla su boca.” (Luc. 6:45) Mostremos ahora por nuestros buenos frutos que amamos a Jehová y que deseamos servirle con un corazón completo.

sábado, 19 de febrero de 2011

La alabanza de Jehová hablará mi boca..

Nos acercamos a un momento crucial en que se resolverá la cuestión relacionada con la soberanía de Jehová. Tal como predice el capítulo 38 de Ezequiel, Satanás asumirá pronto el papel de “Gog de la tierra de Magog” y lanzará un ataque mundial contra el pueblo de Jehová en un desesperado intento por quebrantar la integridad de los leales de Dios. Más que nunca antes, los adoradores de Jehová necesitarán invocarlo de corazón y hasta clamar a él por ayuda. ¿Serán en vano el temor reverente y el amor que le profesamos? De ninguna manera, pues el Salmo 145 nos asegura: “Jehová está cerca de todos los que lo invocan, de todos los que lo invocan en apego a la verdad. Ejecutará el deseo de los que le temen, y oirá su clamor por ayuda, y los salvará. Jehová está guardando a todos los que lo aman, pero a todos los inicuos los aniquilará” (Salmo 145:18-20).

 La experiencia de sentir la proximidad y el poder salvador de Jehová cuando aniquile a todos los inicuos será realmente emocionante. En ese momento crucial, que ahora está tan cerca, Jehová solo escuchará a “los que lo invocan en apego a la verdad”. Ciertamente no prestará oído a los hipócritas. Las Escrituras muestran con toda claridad que usar el nombre de Dios en el último minuto jamás les ha servido de nada a los malvados (Proverbios 1:28, 29; Miqueas 3:4; Lucas 13:24, 25).
 Ahora más que nunca es el momento de que quienes temen a Jehová “lo invo[quen] en apego a la verdad”. Sus leales se deleitan en emplear Su nombre al dirigirse a él en oración y al comentar en las reuniones cristianas, lo utilizan en sus conversaciones personales y lo declaran con valor en su ministerio público (Romanos 10:10, 13-15).
A fin de seguir beneficiándonos de nuestra estrecha relación con Jehová Dios, también es esencial que sigamos guardándonos de todo lo que pueda perjudicarnos espiritualmente, como el materialismo, el entretenimiento malsano, la tendencia a no perdonar o la indiferencia hacia los necesitados (1 Juan 2:15-17; 3:15-17). Si no las corregimos, tales metas y actitudes pueden llevarnos a cometer algún pecado grave y a perder la aprobación de Jehová (1 Juan 2:1, 2; 3:6).

Es prudente recordar que Jehová únicamente continuará dándonos su bondad amorosa, o amor leal, si permanecemos fieles a él (2 Samuel 22:26).
Por eso centremos, pues, nuestros pensamientos en el magnífico futuro que aguarda a todos los leales de Jehová. Si lo hacemos, tendremos la maravillosa perspectiva de contarnos entre los que ensalzarán, bendecirán y alabarán a Jehová “todo el día” y “aun para siempre” (Salmo 145:1, 2). Por consiguiente, ‘mantengámonos en el amor de Dios con vida eterna en mira’ (Judas 20, 21). Mientras seguimos beneficiándonos de las maravillosas cualidades de nuestro Padre celestial, como la gran bondad amorosa con que trata a quienes lo aman, que nuestros sentimientos sean los que David expresó en las palabras finales del Salmo 145: “La alabanza de Jehová hablará mi boca; y bendiga toda carne el santo nombre de él hasta tiempo indefinido, aun para siempre”.











miércoles, 12 de enero de 2011

!De la abundancia del corazón hablará nuestra boca!

El hombre bueno del buen tesoro de su corazón produce lo bueno, . . . porque de la abundancia del corazón habla su boca.” (Luc. 6:45) Estas sabias palabras salieron de la boca de Jesús y deberían tener un efecto profundo y duradero en todos los que desean tener la aprobación de nuestro Dios y Creador, Jehová. Día tras día la humanidad se enfrenta a problemas de la vida que no conducen a producir las buenas obras que identifican a uno como fiel seguidor del Señor Jesús. El corazón de la gente en general se ha endurecido debido al ambiente que la rodea, muy parecido a lo que le pasó al antiguo Faraón, cuyo corazón ‘se puso terco’ contra Dios.


 El poder sanador de la Palabra de Dios y las abundantes verdades que ésta contiene han ablandado el endurecido corazón de muchas personas. El relato bíblico hasta menciona a una vasta compañía mixta que salió de Egipto con los israelitas cuando la décima plaga azotó al país. Parece que la demostración del poder de Jehová ablandó el corazón de ellos. (Éxo. 12:38) ¿Pero qué hay de nosotros? ¿Estamos produciendo cosas buenas de la abundancia de nuestro corazón que sean una bendición para nosotros y nuestros asociados? ¿Cómo sabemos si en nuestro corazón hay cosas buenas y si podemos decirlas y hacer el bien?

Al principio de este tema se mencionó que hoy la humanidad se enfrenta a problemas que no conducen a producir buenas obras. Por todas partes vemos que la violencia, el crimen, la inmoralidad y el odio llenan el corazón de muchísimas personas. Muchas veces la gente rechaza bruscamente el mensaje que llevamos, y eso quizás nos descorazone. Es especialmente en esos momentos que necesitamos acudir a Jehová por ayuda por medio de Cristo. Hacemos bien en recordar todas las cosas buenas que tenemos, que llenan nuestro corazón hasta rebosar, y entonces esforzarnos por ayudar a otros.Por medio de su organización Jehová nos ha suministrado los instrumentos para ayudar a cualesquier personas que deseen escuchar y cuyo corazón pudiera ablandarse antes de que venga el fin .No hay mejor manera de demostrar lo que llena nuestro corazón que por compartir estas buenas nuevas con otras personas.
Por eso cuando sea oportuno, hable de la abundancia de su corazón. ¡Que todos juntos saquemos cosas buenas del buen tesoro de nuestro corazón, pues de la abundancia del corazón hablará nuestra boca!















domingo, 2 de enero de 2011

“El que tiene oídos para escuchar, escuche.”

El ser admitido en el reino de Dios es el mayor honor que se pudiera otorgar a alguien en la Tierra. El reino de Dios es el gobierno más grandioso de todos. Este fue el gobierno acerca del cual el Fundador del cristianismo predicó en el Oriente Medio Jesus. La historia dice acerca de Jesucristo: “Ahora bien, después que Juan [el Bautizante] fue hecho preso [en el año 30 E.C.], Jesús entró en Galilea, predicando las buenas nuevas de Dios y diciendo: ‘El tiempo señalado se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado. Arrepiéntanse y tengan fe en las buenas nuevas.’” (Marcos, cap. 1, vss. 14 y 15) Sin embargo, la arrolladora mayoría del pueblo judío no se arrepintió ni tuvo fe. Asombrosamente, hicieron que se diera muerte a Jesús como enemigo del emperador romano, César. Figurativamente, no sembraron con miras al reino de Dios. Pero, ¿quién de nosotros hoy día sí está haciendo eso? ¿Cómo podemos saberlo? Veamos



A la mayoría de nosotros hoy día nos gusta que se nos hagan ilustraciones de las cosas. Jesucristo se hizo famoso por presentar ilustraciones o contar parábolas. Como predicador  atrajo grandes auditorios. En una ocasión, desde un barco en el mar de Galilea, enseñó a un auditorio situado en la playa. Dio una ilustración de cuatro clases de terreno agrícola. Privadamente, sus discípulos íntimos le preguntaron acerca del significado de la parábola. Después de explicarla y dar comentarios adicionales, él dijo, aun a estas personas en estrecha asociación con él: “El que tiene oídos para escuchar, escuche.” Luego el relato dice...
“La semilla es la palabra de Dios”, dice Jesús, y la tierra es el corazón. Tocante a la semilla que cayó en la dura superficie a lo largo del camino, explica: “Viene el Diablo y quita la palabra de su corazón para que no crean y sean salvos”.








Por otra parte, la semilla que se siembra en tierra que cubre una masa rocosa se refiere al corazón de personas que reciben con gozo la palabra. Sin embargo, porque la palabra no puede arraigar profundamente en esos corazones, estas personas se apartan cuando les viene un tiempo de pruebas o persecución.


Respecto a la semilla que ha caído entre los espinos, Jesús explica que esto se refiere a personas que han oído la palabra. No obstante, las inquietudes, las riquezas y los placeres de esta vida absorben su interés, de modo que se las ahoga por completo, y no perfeccionan nada.


Por último, en cuanto a la semilla que se siembra en tierra excelente, Jesús dice que son las personas que, después de oír la palabra con corazón bueno y excelente, la retienen y llevan fruto con aguante.(Mar. 4:1-23) No sabemos cuántos de entre el auditorio reunido en la playa tenían esa clase de oídos. Pero Jesús esperaba que sus discípulos, a quienes había dado la explicación, tuviesen oídos que escucharan. Por medio de esa clase de oídos lo que le habían oído decir tendría alojamiento permanente dentro de ellos y les proporcionaría iluminación. ¿Quién de nosotros hoy día tiene esa clase de oídos que escuchan? Eso nos ayudará a sembrar correctamente con miras al reino de Dios.





viernes, 24 de diciembre de 2010

Corra con aguante y no se desvie !!!

Nosotros como Cristianos estamos en una carrera muy extraordinaria.  “Desde el momento en que se da la salida, un buen corredor solo piensa en seguir adelante, fija su mente en la meta final y cuenta con sus piernas para ganar.” Así fue como Luciano, historiador del primer siglo, describió la intensidad con que corrían los que participaban en una carrera. El corredor esforzaba todo nervio y músculo para llegar primero a la meta. El premio, a menudo una corona de hojas, normalmente traía al vencedor una vida llena de “los mejores elogios,” pues todo el mundo sabía que el vencedor no había escatimado “ni costo ni agonía” hasta ‘haber ganado el premio. ’Pero en nuestro caso, no es una corona de hojas tampoco el ganar no depende tanto de la velocidad como del aguante y del adherirse a las reglas de la carrera. Y aunque quizás parezca raro, la carrera no la gana un solo vencedor, sino todos los que permanecen en la carrera hasta el fin. Es la carrera que recorre la pista, que en realidad es el camino estrecho al que se entra por una puerta angosta, a la vida eterna en el nuevo sistema de cosas de Dios. (Mat. 7:14) Todos los que terminan con buen éxito reciben el magnífico premio de la vida eterna, y vale la pena todo el entrenamiento persistente y los sacrificios que se necesitan a fin de ganar.


Pero esta carrera no es fácil. No se completa en un solo día. Y hay un peligro siempre presente el peligro de desviarse, y entrar en el camino más fácil, entrar en el ancho y espacioso camino que Jesús describió que conduce a la destrucción. (Mat. 7:13) En esta carrera por la vida, debemos saltar las presiones y atracciones del mundo estos son obstáculos que hay que vencer, son vallas desviadoras que quieren apartarnos de esta carrera. Es por eso que debemos acudir a Jehová para que nos ayude a pasar las trampas y vallas que detienen a otros en el camino. Nosotros no estamos en una carrera para correr la milla en unos cuantos minutos, sino que estamos en una carrera con la meta de vida eterna en mira



En contraste, el corredor que triunfa no se entrega a excesos, sino que sigue una rutina estricta de ejercicio y dieta que lo mantiene en forma. En la carrera, se ha despojado de todo cuanto no es netamente esencial, y tiene mucho cuidado para no tropezar o descalificarse. (1 Cor. 9:24-27; 2 Tim. 2:5) Usando como base las experiencias de los corredores antiguos, Pablo dio este consejo a los cristianos: “Quitémonos nosotros también todo peso y el pecado [la falta de fe] que fácilmente nos enreda, y corramos con aguante la carrera que está puesta delante de nosotros, mirando atentamente al Agente Principal y Perfeccionador de nuestra fe, Jesús.”

Un “corredor” cristiano ha de recibir la recompensa, el premio de la vida eterna, ninguna otra búsqueda puede convertirse en el punto principal, u objetivo, hacia el cual toda su vida esté orientada. Por eso ora a Jehová constantemente pídele su espíritu santo, no dejes de asistir a las reuniones ni de leer a diario su palabra la Biblia.




Al ‘olvidar las cosas que quedan atrás,’ el apóstol Pablo demostró que esta recompensa es la meta más importante. Llamó a “las cosas que quedan atrás” un “montón de basura,” o “estiércol.”

Es por ese motivo que nosotros debemos seguir esforzándonos en esta carrera que conduce a la vida y coronarnos con vida eterna como nuestro Dios así lo prometió...




martes, 7 de diciembre de 2010

Mantengamonos "sin mancha del mundo"

Naturalmente, no podemos citar todas las maneras como los cristianosdemuestran que están permaneciendo “sin mancha del mundo”. Sin embargo, seguramente el abusar de las bebidas alcohólicas, deleitarse en actividades deportivas con un marcado espíritu de competencia o que sean violentas, pasar muchas horas mirando películas o programas de televisión en que actúan pistoleros, asesinos y otros personajes inmorales, el leer libros saturados de relaciones sexuales ilícitas y el jugar ‘videojuegos’ violentos no son maneras de mantenerse sin mancha de este mundo (1 Corintios 6:9, 10; 15:33; Gálatas 5:19-26; 1 Pedro 4:3). Jehová espera que sus testigos eviten los excesos, la inmoralidad y la violencia de este mundo. Así que no debemos procurar el conocimiento de la iniquidad mundana ni el tener experiencia en ella, sino que debemos ser inocentes “pequeñuelos en cuanto a la maldad”. (1 Corintios 14:20; compárese con 1 Juan 3:2, 3.)


 El estar sin mancha de este mundo abarca todo aspecto de nuestra vida, y ciertamente tiene que ver con nuestras relaciones con otras personas. Mientras que características como el amargo celo, el espíritu de contradicción, el hacer alardes y el mentir son muy comunes en este mundo, no tienen cabida entre nosotros, pues Santiago escribió: “¿Quién es sabio y entendido entre ustedes? Que muestre por su conducta excelente sus obras con una apacibilidad que pertenece a la sabiduría. Pero si ustedes tienen en su corazón amargo celo y espíritu de contradicción, no anden haciendo alardes y mintiendo contra la verdad. Ésta no es la sabiduría que desciende de arriba, sino que es la terrenal, animal, demoníaca. Porque donde hay celo y espíritu de contradicción, allí hay desorden y toda cosa vil” (Santiago 3:13-16). ¡Qué importante es que manifestemos “una apacibilidad que pertenece a la sabiduría” y que ‘sigamos tras la paz con todos’! (Hebreos 12:14.) Ciertamente, como testigos leales de Jehová, no podemos permitir que simples diferencias personales arruinen nuestra relación con nuestros hermanos y hermanas en la fe. En lugar de eso, tenemos que ‘soportarnos unos a otros y ser perdonadores, tal como Jehová nos ha perdonado sin reserva’ (Colosenses 3:13). Ésta no es la manera mundana común de tratar a otras personas, pero es la manera piadosa de hacerlo.









miércoles, 24 de noviembre de 2010

Lo ha dicho lo cumplira...

“Confía en Jehová con todo tu corazón, y no te apoyes en tu propio entendimiento. En todos tus caminos tómalo en cuenta, y él mismo hará derechas tus sendas” (Proverbios 3:5, 6).

No cabe duda de que Jehová merece toda nuestra confianza. Es el Creador, y como tal es “vigoroso en poder” y la Fuente de “energía dinámica” (Isaías 40:26, 29). Puede llevar a cabo cuanto se propone. Su mismo nombre significa literalmente “Él Hace que Llegue a Ser”, lo que fortalece nuestra confianza en su capacidad para cumplir lo que promete. El hecho de que sea “imposible que Dios mienta” lo convierte en la personificación de la verdad (Hebreos 6:18). Su cualidad dominante es el amor (1 Juan 4:8). “Es justo en todos sus caminos, y leal en todas sus obras.” (Salmo 145:17.) Si no podemos confiar en Dios, ¿en quién entonces? Por supuesto, para cultivar la confianza en él, tenemos que ‘gustar y ver que Jehová es bueno’ aplicando en la vida lo que aprendemos en la Biblia y reflexionando en el bien que ello produce (Salmo 34:8).
¿Cómo podemos ‘tomar en cuenta a Jehová en todos nuestros caminos’? El salmista inspirado dice: “Ciertamente meditaré en toda tu actividad, y en tus tratos sí me interesaré intensamente” (Salmo 77:12). Dado que Dios es invisible, para cultivar la intimidad con él, es fundamental meditar en sus grandes obras y en la relación que mantuvo con su pueblo.


La oración también es una manera importante de tomar en cuenta a Jehová. El rey David no dejaba de clamar a él “todo el día” (Salmo 86:3). Muchas veces se pasó la noche orando, como cuando vivía fugitivo en el desierto (Salmo 63:6, 7). “[Ocúpese] en orar en toda ocasión en espíritu”, fue la exhortación del apóstol Pablo (Efesios 6:18). ¿Con cuánta frecuencia oramos? ¿Nos alegra tener una comunicación sincera con Dios? ¿Le solicitamos ayuda cuando nos encaramos a situaciones difíciles? ¿Buscamos su guía en oración antes de tomar decisiones importantes? Las oraciones sinceras que ofrecemos a Jehová nos granjean su cariño. Y tenemos la seguridad de que las escuchará y ‘hará derechas nuestras sendas’.


Es una gran insensatez que nos ‘apoyemos en nuestro propio entendimiento’ o en el de personalidades ilustres del mundo, cuando podemos poner toda nuestra confianza en Jehová. “No te hagas sabio a tus propios ojos”, dice Salomón. Al contrario, aconseja: “Teme a Jehová y apártate de lo malo. Llegue a ser ello curación a tu ombligo y refrigerio a tus huesos” (Proverbios 3:7, 8). El temor saludable a desagradar a Dios debe dominar todas nuestras acciones, pensamientos y emociones. Ese temor reverencial nos impide hacer lo malo, y tiene efectos curativos y reparadores en sentido espiritual por que nunca dejaremos de creer o poner en duda lo que Jehova hara...

jueves, 28 de octubre de 2010

DANDO GRACIAS EN NUESTRO DIOS JEHOVA


                                                                                                                  

El Salmista bajo inspiracion escribio...: “Es bueno dar gracias a Jehová y celebrar con melodía tu nombre, oh Altísimo; informar por la mañana acerca de tu bondad amorosa y acerca de tu fidelidad durante las noches.”—Sal. 92:1, 2.

La oración es una manera en que podemos dar gracias a Jehová por su bondad amorosa. Usted con toda probabilidad ora regularmente.

Pero ¿podría ensancharse en lo que toca a dar gracias y alabar a Dios en oración? Es tan fácil acostumbrarse a la práctica de simplemente pedirle cosas, para nosotros mismos, para nuestra familia, nuestra congregación y otros. Si usted es padre o madre, sin duda le agrada el que sus hijos busquen su consejo y ayuda. Sin embargo, ¿cómo se sentiría usted si un hijo suyo le dijera: “Papá, quiero decirte que nosotros tus hijos te queremos mucho, mucho. Eres firme, y te respetamos por eso, pero también eres amoroso. Eres nuestro mejor amigo.”
                                                                                        

Considerando el mucho gusto que le daría a usted oír una expresión tan sincera como ésa, ¿cómo piensa usted que Dios se siente cuando incluimos gracias y alabanza en nuestras oraciones? El profeta Daniel nos puso un excelente ejemplo en esto. La Biblia claramente menciona que él alababa a Dios en oración.—Dan. 6:10.













martes, 12 de octubre de 2010

Edifique su futuro sabiamente


Bueno, hay una cantidad cada vez mayor de personas que ahora participan en el ministerio de tiempo completo como precursores regulares o auxiliares. Claro, no todas las personas pueden alcansar tales metas,pero usted puede dar apoyo moral a los precursores, mientras personalmente hace todo cuanto puede en el servicio de Dios, según se lo permitan sus propias circunstancias. Mediante fiel adoración y servicio que resulte en alabanza a Jehová, todos podemos demostrar que ‘ciframos nuestra esperanza, no en las riquezas inseguras, sino en Dios’. Además, para los que puedan participar en la obra de precursor, ésta ciertamente es una de las mejores maneras de “asirse firmemente de la vida que lo es realmente”. (1 Timoteo 6:17-19.)

Como testigos de Jehová leales, reconocemos que le queda muy poco tiempo a este sistema. Por eso, ¿qué deberíamos estar haciendo?  

Deberíamos estar obrando sabiamente en armonía con las siguientes palabras del apóstol Pedro: “Puesto que todas estas cosas así han de ser disueltas, ¡qué clase de personas deben ser ustedes en actos santos de conducta y hechos de devoción piadosa, esperando y teniendo muy presente la presencia del día de Jehová, por el cual los cielos estando encendidos serán disueltos y los elementos estando intensamente calientes se derretirán!”. (2 Pedro 3:11, 12.)



El apóstol Juan también mostró claramente que el mundo está pasando (1 Juan 2:15-17). Dentro de poco, este viejo sistema perecerá. Por lo tanto, todos los que temen a Jehová deberían estar ahora ocupados en “hechos de devoción piadosa, esperando y teniendo muy presente la presencia del día de Jehová”. Nunca olvide que solo la organización de Dios sobrevivirá al fin de este sistema moribundo. Por lo tanto, obre sabiamente y haga planes para la vida eterna por medio de edificar su futuro con la organización de Jehová.












GRACIAS

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