viernes, 25 de diciembre de 2009

Las flores... deleitable don de Dios al hombre




¿QUÉ corazón no se alegra al ver una flor? Un ramo de rosas puede avivar inmediatamente el día, alegrar un rostro triste, alentar un corazón desanimado, hasta hacer que brote la amistad y florezca el amor.
En la primavera, ¿quién puede pasar por donde fluyen aguas en cuya superficie resplandezca la belleza de la azucena acuática sin que sienta aprecio por la vida misma? O en el otoño, ¿quién puede atravesar andando un campo decorado con el brillo de los asteres púrpuras y destellos de la pluma de oro sin sentirse enriquecido? ¿Qué ventana no ha sido hermoseada, o qué cocina no ha sido realzada, o qué sala no ha sido transformada por la presencia de flores o plantas delicadas y bellas?
Los hombres las han llamado “las estrellas de la Tierra,” “las sonrisas de la bondad de Dios,” “un autógrafo de la mano de Dios.” “Las flores,” dijo el estadista inglés William Wilberforce, “son los pensamientos de belleza de Dios, adquiriendo forma para alegrar la mirada de los mortales; —gemas brillantes de la Tierra, en las cuales, quizás, vemos lo que era Edén— ¡lo que puede ser el Paraíso!” ¡Cuánto le restaría a lo deleitable de la Tierra el que en ella no hubiera flores!
Jesucristo apreció la presencia de las plantas y las flores en esta Tierra. Las observó cuidadosamente y sacó lecciones significativas de ellas. Dijo a sus discípulos: “Aprendan una lección de los lirios del campo, cómo crecen; no se afanan, tampoco hilan; pero les digo que ni aun Salomón en toda su gloria se vistió como uno de éstos. Bueno, pues, si Dios viste así a la vegetación del campo, que hoy está aquí y mañana se echa al horno, ¿no los vestirá a ustedes con mucha más razón, hombres de poca fe?” (Mat. 6:28-30) Para Cristo, las flores declaran el cuidado constante de Dios. ¿Qué significan para usted las flores?
Para muchos hombres y mujeres las flores son más que creaciones de belleza decorativa. Son delicadas cosas vivas que excitan la imaginación. Inspiran fe en Dios y hacen fluir acción de gracias y alabanza a él. Las formas frágiles de las flores y los colores infinitos de la perfección revelan un Dios que toma en consideración las necesidades y emociones humanas.

GRACIAS

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