miércoles, 30 de diciembre de 2009

Enseñen a amar con el ejemplo





Si usted es el esposo, ¿aprecia, o valora, a su mujer y la trata con honra y respeto? Y si usted es la esposa, ¿es afectuosa y apoya a su marido? La Biblia menciona que los cónyuges deberían amarse y respetarse el uno al otro (Efesios 5:28; Tito 2:4). Cuando así lo hacen, los hijos ven el amor cristiano en acción. ¡Qué lección tan eficaz y valiosa!

Los padres también fomentan el amor en el hogar cuando fijan para la familia elevadas normas en asuntos como las diversiones, la moralidad, y las metas y prioridades. Por todo el mundo, muchas personas se han basado en las Escrituras para establecer dichas normas y así se han convertido en pruebas vivientes de que la Biblia en verdad “es inspirada de Dios y provechosa para enseñar, para censurar, para rectificar las cosas, para disciplinar en justicia” (2 Timoteo 3:16). De hecho, no son pocos los que reconocen que los preceptos morales y los consejos prácticos que se recogen tan solo en el Sermón del Monte son inigualables (Mateo, capítulos 5 a 7).

Cuando la familia entera acude a Dios en busca de dirección y se sujeta a sus normas, todos se sienten más seguros, y hay más probabilidades de que los niños lleguen a amar y respetar a sus padres.

domingo, 27 de diciembre de 2009

‘Acumulen tesoros en el cielo’


Jesús consideró el lazo del materialismo. Empezó diciendo en el sermon del monte: “Dejen de acumular para ustedes tesoros sobre la tierra, donde la polilla y el moho consumen, y donde ladrones entran por fuerza y hurtan.”—Mat. 6:19.
Jesús conocía bien la tendencia humana de confiar en una acumulación de cosas materiales. Dio a sus oyentes la amonestación de ‘dejar’ de hacer aquello, puesto que los tesoros terrestres no tienen valor duradero. Sean vestiduras costosas, dinero u otros artículos materiales, estas cosas valiosas acumuladas pueden sufrir deterioro. Por ejemplo, ‘las polillas’ pueden arruinar telas valiosas; los metales preciosos pueden sucumbir al “moho.” (Compare con Santiago 5:1-3.) Hasta antes de que comience el deterioro hay peligro de robo. En la antigua Palestina los ladrones ‘entraban por fuerza y hurtaban’ por medio de abrirse una grieta para ello a través de las paredes de barro o de yeso de las casas.
Por eso, Jesús declaró: “Más bien, acumulen para ustedes tesoros en el cielo, donde ni polilla ni moho consumen, y donde ladrones no entran por fuerza y hurtan.” (Mat. 6:20) Uno puede acumular tesoros incorruptibles por medio de hacerse un registro de obras excelentes “en el cielo” (es decir, ante Dios). Con relación a esto el apóstol Pablo dio a los cristianos acaudalados la amonestación de que “trabajen en lo bueno, que sean ricos en obras excelentes, que sean liberales, listos para compartir, atesorando para sí mismos con seguridad un fundamento excelente para el futuro, para que logren asirse firmemente de la vida que lo es realmente.”—1 Tim. 6:17-19; Tito 3:8.
Jesús remachó el punto de esta ilustración al decir: “No pueden ustedes servir como esclavos a Dios y a las Riquezas.” (Mat. 6:24b) Esta declaración no condena el poseer riquezas, sino que, más bien, da énfasis al hecho de que uno no puede ‘servir como esclavo’ a las riquezas y a la misma vez dar a Dios la devoción exclusiva que él requiere. El que verdaderamente ama a Dios y desea servirle de manera aceptable, ciertamente tiene que ‘despreciar’ la esclavitud que es el resultado de hacer que los tesoros en la Tierra sean la meta principal de uno en la vida.

viernes, 25 de diciembre de 2009

Las flores... deleitable don de Dios al hombre




¿QUÉ corazón no se alegra al ver una flor? Un ramo de rosas puede avivar inmediatamente el día, alegrar un rostro triste, alentar un corazón desanimado, hasta hacer que brote la amistad y florezca el amor.
En la primavera, ¿quién puede pasar por donde fluyen aguas en cuya superficie resplandezca la belleza de la azucena acuática sin que sienta aprecio por la vida misma? O en el otoño, ¿quién puede atravesar andando un campo decorado con el brillo de los asteres púrpuras y destellos de la pluma de oro sin sentirse enriquecido? ¿Qué ventana no ha sido hermoseada, o qué cocina no ha sido realzada, o qué sala no ha sido transformada por la presencia de flores o plantas delicadas y bellas?
Los hombres las han llamado “las estrellas de la Tierra,” “las sonrisas de la bondad de Dios,” “un autógrafo de la mano de Dios.” “Las flores,” dijo el estadista inglés William Wilberforce, “son los pensamientos de belleza de Dios, adquiriendo forma para alegrar la mirada de los mortales; —gemas brillantes de la Tierra, en las cuales, quizás, vemos lo que era Edén— ¡lo que puede ser el Paraíso!” ¡Cuánto le restaría a lo deleitable de la Tierra el que en ella no hubiera flores!
Jesucristo apreció la presencia de las plantas y las flores en esta Tierra. Las observó cuidadosamente y sacó lecciones significativas de ellas. Dijo a sus discípulos: “Aprendan una lección de los lirios del campo, cómo crecen; no se afanan, tampoco hilan; pero les digo que ni aun Salomón en toda su gloria se vistió como uno de éstos. Bueno, pues, si Dios viste así a la vegetación del campo, que hoy está aquí y mañana se echa al horno, ¿no los vestirá a ustedes con mucha más razón, hombres de poca fe?” (Mat. 6:28-30) Para Cristo, las flores declaran el cuidado constante de Dios. ¿Qué significan para usted las flores?
Para muchos hombres y mujeres las flores son más que creaciones de belleza decorativa. Son delicadas cosas vivas que excitan la imaginación. Inspiran fe en Dios y hacen fluir acción de gracias y alabanza a él. Las formas frágiles de las flores y los colores infinitos de la perfección revelan un Dios que toma en consideración las necesidades y emociones humanas.

sábado, 19 de diciembre de 2009

AGUA QUE DA VIDA



Jesús había viajado por Samaria, al norte de Jerusalén. Mientras descansaba junto a un pozo, le dijo a una samaritana que le sacara un poco de agua, pues tenía sed. Ella se sorprendió de que un judío le pidiera agua, ya que en aquel tiempo los judíos y los samaritanos no se llevaban bien.

Asombrada, la mujer le preguntó a Jesús: “¿Cómo es que tú, a pesar de ser judío, me pides de beber a mí, que soy mujer samaritana?”.

Jesús respondió: “Si hubieras conocido la dádiva gratuita de Dios, y quién es el que te dice: ‘Dame de beber’, tú le habrías pedido, y él te habría dado agua viva”.

Además le explicó: “A todo el que bebe de esta agua le dará sed otra vez. A cualquiera que beba del agua que yo le daré de ningún modo le dará sed jamás, sino que el agua que yo le daré se hará en él una fuente de agua que brotará para impartir vida eterna” (Juan 4:1-15).

viernes, 18 de diciembre de 2009

Todas las ovejas de Jehová son preciosas



Los pastores confiables y amorosos de tiempos bíblicos se sentían responsables de cada una de las ovejas. Lo mismo debe ser cierto de los pastores espirituales. Esto es lo que enseñan las palabras de Pablo: “Presten atención [...] a todo el rebaño”. (Hechos 20:28.) ¿Quiénes están incluidos en “todo el rebaño”?
Jesús dio una ilustración de un hombre que tenía cien ovejas y emprendió una búsqueda de una que se había descarriado para traerla de nuevo al rebaño. (Mateo 18:12-14; Lucas 15:3-7.) De igual manera, el superintendente debe preocuparse por cada uno de los miembros de la congregación. Jehová Dios pone el ejemplo perfecto en cuanto a mostrar misericordia a las ovejas descarriadas. Nuestro compasivo Pastor dice: “A la perdida buscaré, y a la dispersada traeré de vuelta, y a la quebrada vendaré y a la doliente fortaleceré”. (Ezequiel 34:15, 16; Jeremías 31:10.) Para imitar este ejemplo sobresaliente se ha dispuesto amorosamente que los pastores de tiempos modernos visiten a las personas expulsadas a fin de que estas puedan aceptar su ayuda. Estos esfuerzos misericordiosos por recuperar a las ovejas perdidas han producido muy buenos resultados.

jueves, 17 de diciembre de 2009

Cómo ver la belleza que nos rodea



“En todos los idiomas, una de nuestras primeras frases es: ‘¡Déjeme ver!’”—William White, Jr.
EL PEQUEÑO que sigue con la mirada a la mariposa que revolotea, el matrimonio de edad que contempla una hermosa puesta de sol, el ama de casa que admira sus rosas..., todos están centrando momentáneamente su atención en la belleza.
Como la belleza de la creación de Dios se encuentra en todas partes, no es necesario viajar centenares de kilómetros para contemplarla. Cierto, un paisaje realmente imponente quizás quede muy lejos, pero en nuestro propio entorno podemos encontrar impresionantes obras de arte si las buscamos, y, lo que es más importante aún, si sabemos buscarlas.
Muchas veces se dice que “la belleza es subjetiva, está en los ojos de quien la contempla”. Lo que sucede es que, aunque la belleza esté ahí, no todo el mundo repara en ella. Quizás nos haga falta un cuadro o una fotografía para percatarnos de que algo es bello. Seamos artistas o no, podemos aprender a ver con mayor claridad, a percibir la belleza que nos rodea. En otras palabras, tenemos que salir y mirar las cosas con otros ojos.
Pero, ¿qué deberíamos buscar? Podríamos empezar por aprender a fijarnos en los cuatro elementos básicos de la belleza. Estos elementos pueden percibirse en casi toda faceta de la creación de Jehová. Cuantas más veces nos detengamos para observarlos, más disfrutaremos de las obras de arte divinas.

sábado, 12 de diciembre de 2009

TESTIMONIO DE LOS CIELOS VISIBLES



El salmista escribió: “Los cielos están declarando la gloria de Dios; y de la obra de sus manos la expansión está informando. Un día tras otro día hace salir burbujeando el habla, y una noche tras otra noche manifiesta conocimiento. No hay habla, y no hay palabras; no está oyéndose ninguna voz de parte suya. Por toda la tierra ha salido su cordel de medir, y hasta la extremidad de la tierra productiva sus expresiones. En ellos ha establecido una tienda para el sol, y es como un novio cuando sale de su cámara nupcial; se alboroza como un hombre poderoso de correr en una senda. De una extremidad de los cielos es su salida, y su circuito terminado alcanza hasta sus otras extremidades; y nada hay que se oculte de su calor.”—Sal. 19:1-6.
De esta manera poética, el salmista David indicó que los cielos visibles —el Sol, la Luna y las estrellas— declaran la gloria de Dios. La gran cantidad de cuerpos celestes, sus movimientos ordenados y dignos de confianza y el propósito provechoso que tienen suministran magnífico testimonio acerca de un Dios de sabiduría, poder y benevolencia. El Dios que ha puesto tan buen orden en el universo visible tiene que ser infinitamente sabio y poderoso. Por ejemplo, cuando consideramos lo mucho que depende del Sol la vida que hay en la Tierra, tenemos que concluir que el Hacedor del Sol se interesa profundamente en las cosas animadas. Al revelar ciertas cualidades admirables de Jehová Dios,los cielos visibles ciertamente están declarando Su gloria.

jueves, 10 de diciembre de 2009

SIGAMOS CORRIENDO LA CARRERA CON AGUANTE


Verdaderamente tenemos mucho por lo cual mirar hacia adelante. ¡Cuán brillantes son las expectativas, no solo para el futuro inmediato sino también para los mil años que están delante! Nuestro derrotero ha sido asemejado a una carrera y se pudiera decir que nos encontramos en el último trecho de ella. ¿Qué sugiere una carrera? ¿No sugiere intenso esfuerzo y concentración sobre la meta, la de ganar la carrera? De hecho, ésta es la mismísima cosa que se nos insta a hacer: “Quitémonos nosotros también todo peso [sea materialismo o tendencias pecaminosas de la carne] y el pecado que fácilmente nos enreda [pérdida de fe], y corramos con aguante la carrera que está puesta delante de nosotros, mirando atentamente [a] . . . Jesús.”—Heb. 12:1, 2.
Sí, Jesús nos dio el ejemplo y nos aconseja: “Sigan, pues, buscando primero el reino y Su justicia.” (Mat. 6:33)

martes, 8 de diciembre de 2009

"PRONTO UN NUEVO MUNDO"


Dios ha prometido que mediante su Reino celestial pronto removerá de la Tierra todas las condiciones deprimentes. Su Palabra declara: “Voy a crear nuevos cielos y una nueva tierra; y las cosas anteriores no serán recordadas, ni subirán al corazón. Pero alborócense y estén gozosos para siempre en lo que voy a crear”. (Isaías 65:17, 18.) Estas palabras se cumplieron primero allá en 537 a.E.C., cuando la antigua nación de Israel fue restaurada a su tierra de procedencia. Entonces Su pueblo cantó: “Nos pusimos como los que estaban soñando. En aquel tiempo nuestra boca se llenó de risa, y nuestra lengua de clamor gozoso”. (Salmo 126:1, 2.) ¡Cuánto más grandioso será el cumplimiento final de esta conmovedora profecía que pronto se realizará en el nuevo mundo de Dios! (2 Pedro 3:13; Revelación 21:1-4.)
Bajo el Reino de Dios (los “nuevos cielos”), una sociedad justa de personas en la Tierra (la “nueva tierra”) será elevada a perfecta salud emocional, física y espiritual. Esto no significa que esas personas no recordarán el pasado, pero debido a todas las cosas placenteras en que pensarán entonces, y que las alegrarán, no habrá razón para que busquen en su memoria las experiencias tristes del pasado ni para que cavilen en ellas. ¡Imagínese poder uno levantarse cada mañana con la mente clara y despejada, deseoso de emprender sus actividades diarias... y nunca más sufrir de depresión!

domingo, 6 de diciembre de 2009

Tenga fe en las promesas de Jehová



¿Podemos tener fe en las promesas de Jehová? Escuche lo que él dice mediante su profeta Isaías: “Acuérdense de las primeras cosas de mucho tiempo atrás, que yo soy el Divino y no hay otro Dios, ni nadie semejante a mí; Aquel que declara desde el principio el final, y desde hace mucho las cosas que no se han hecho; Aquel que dice: ‘Mi propio consejo subsistirá, y todo lo que es mi deleite haré’”. La última parte del versículo 11 dice: “Hasta lo he hablado; también lo haré venir. Lo he formado, también lo haré” (Isaías 46:9-11). Sí, podemos tener fe en Jehová y en sus promesas con tanta seguridad como si estas ya se hubieran cumplido. La Biblia lo expresa de este modo: “Fe es la expectativa segura de las cosas que se esperan, la demostración evidente de realidades aunque no se contemplen” (Hebreos 11:1).

Usted nunca está solo


Hay ocasiones, en que quizás se sienta solo. Esto es especialmente cierto cuando uno está desalentado, desanimado o siente desesperación. Sea cual sea la causa del desaliento, la persona debe recordar que puede arrojar su carga de inquietud o frustración sobre Jehová, como dijo el salmista: “Arroja tu carga sobre Jehová mismo, y él mismo te sustentará. Nunca permitirá que tambalee el justo.” (Sal. 55:22) Podemos estar seguros de que Jehová Dios no permitirá que sus siervos tambaleen o caigan en la ruina. Pero aquí hay una advertencia: No asuma una actitud independiente. Más bien, apóyese en Jehová Dios; completamente dependa de él. Entonces él lo sustentará y no dejará que usted caiga.—Pro. 3:5-7.
La oración es una manera por la cual mostramos nuestra confianza en Dios por la cual podemos arrojar nuestras cargas sobre él. Jamás desatienda el medio de la oración. (Efe. 6:18)

sábado, 5 de diciembre de 2009

¿Por qué demostrar nuestro aprecio a Dios?




La vida misma es un don de Dios por el cual debemos estar agradecidos. De hecho, Jehová suministra todas las cosas buenas y provechosas. (Hechos 17:24, 25) Entre esas cosas buenas, el cántico susodicho menciona las siguientes: la luz espiritual preciosa (Salmo 43:3; Juan 17:3); el privilegio de la oración (Proverbios 15:8); el sacrificio expiatorio del Hijo de Dios, Jesucristo (Romanos 6:23; 1 Juan 2:1, 2); la dirección o guía bíblica para hacer la voluntad divina (Salmo 40:8; 119:9-16, 105); la amorosa hermandad cristiana (1 Pedro 2:17); la guía del espíritu santo, o fuerza activa, de Dios (Salmo 143:10); y las bendiciones eternas del reino que reemplazarán a toda maldad. (Mateo 6:9, 10; Revelación 11:15-18; 12:9-12) Estas son algunas de las cosas por las cuales los testigos de Jehová dan gracias a Dios cuando cantan en sus reuniones de congregación.
Hay tantas razones por las cuales demostrar nuestro aprecio a Dios. Pues, ¡piense en las ocasiones en que despierta durante una hermosa mañana! La luz del Sol resplandece brillantemente, usted oye a los pájaros cantar, y huele la fragancia de las flores, o el olor del heno recién cortado. Emocionado, usted dice: “¡Qué bueno es estar vivo!” No obstante, ¡qué apropiado es expresar su aprecio a Aquel que hizo posible todo esto
!

EDIFICANDO UNA BUENA CONCIENCIA



La conciencia cristiana se edifica por medio de estudiar la Palabra de Dios y comprender y apreciar los principios que se encuentran en ella. Dios no ha dejado a los humanos en ignorancia en cuanto a cuáles prácticas son correctas y cuáles son incorrectas. No, sino que ha provisto su Palabra la Biblia para que por medio de usarla los cristianos maduros puedan ‘tener sus facultades perceptivas entrenadas para distinguir tanto lo correcto como lo incorrecto.’—Heb. 5:13, 14.
Sin embargo, hay millones de personas que durante la mayor parte de su vida han vivido según las normas de este presente sistema de cosas, ni siquiera dándose cuenta de que eran faltas de honradez. No se les ha entrenado apropiadamente a distinguir lo correcto de lo incorrecto. Quizás usted sea una de estas personas. Sin embargo, es posible que recientemente haya comenzado a estudiar la Biblia y esté comenzando a discernir que Dios desaprueba ciertas prácticas. ¿Qué hará usted?
La decisión prudente es obrar en armonía con su conciencia entrenada por un estudio de la Palabra de Dios. Es verdad que en algunos casos esto quizás signifique amoldarse a un nivel de vida inferior en lo material para ajustar su vida de modo que armonice con los principios bíblicos. Pero, ¡vale la pena! El placer de una conciencia limpia tanto ante Dios como ante los hombres es de mucho mayor valor que cualesquier posesiones materiales.
Lo que se requiere para vivir honradamente es fe genuina y un amor verdadero a Dios. ¿Cree usted realmente en las promesas de Dios de que bendecirá a sus siervos con vida eterna en su nuevo sistema de cosas? (2 Ped. 3:13; Sal. 37:29) Si usted lo cree, y realmente ama a Dios, sinceramente se esforzará por ser honrado y hacer lo que es recto a sus ojos. “El que quiere amar la vida y ver días buenos, reprima su lengua de lo que es malo y sus labios de hablar engaño, antes apártese de lo que es malo y haga lo que es bueno.”—1 Ped. 3:10, 11.

jueves, 3 de diciembre de 2009


¿Dónde está ubicado el Reino de Dios? ¿Quién es su Rey? ¿Hay otras personas que gobiernen con el Rey? En caso afirmativo, ¿cuántas?
¿Qué nos indica que vivimos en los últimos días?
¿Qué hará el Reino de Dios en el futuro por la humanidad?

Cuando Jesús estuvo en la Tierra, enseñó a sus seguidores a pedir en oración que venga el Reino de Dios. La palabra española reino se relaciona con un gobierno regido por un rey. El Reino de Dios es un gobierno especial. Está establecido en el cielo y gobernará sobre la Tierra. Santificará el nombre de Dios, es decir, lo hará santo. Hará que se efectúe la voluntad de Dios en la Tierra tal como en el cielo. (Mateo 6:9, 10.)


Dios prometió que Jesús llegaría a ser el Rey de Su Reino. (Lucas 1:30-33.) Cuando Jesús estuvo en la Tierra, demostró que sería un Gobernante bondadoso, justo y perfecto. Cuando regresó al cielo, no fue entronizado enseguida como Rey del Reino de Dios. (Hebreos 10:12, 13.) En 1914, Jehová le dio a Jesús la autoridad que le había prometido. Desde entonces, Jesús ha gobernado en el cielo como Su Rey nombrado. (Daniel 7:13, 14.)

Jehová también ha escogido a algunos hombres y mujeres fieles de la Tierra para que vayan al cielo. Estas personas gobernarán a la humanidad al lado de Jesús como reyes, jueces y sacerdotes. (Lucas 22:28-30; Revelación 5:9, 10.) Jesús llamó a estos cogobernantes en su Reino un “rebaño pequeño”. Son un total de 144.000. (Lucas 12:32; Revelación 14:1-3.)

Tan pronto como Jesús llegó a ser Rey, echó a Satanás y sus perversos ángeles del cielo y los arrojó a la región de la Tierra. Por eso las condiciones han empeorado tanto en la Tierra desde 1914. (Revelación 12:9, 12.) Guerras, hambres, pestes, aumento del desafuero..., todo ello forma parte de una “señal” que indica que Jesús está gobernando y que este sistema se encuentra en sus últimos días. (Mateo 24:3, 7, 8, 12; Lucas 21:10, 11; 2 Timoteo 3:1-5.)

Jesús pronto juzgará a las personas y las separará como un pastor separa a las ovejas de las cabras. Él considerará “ovejas” a aquellos que hayan demostrado ser sus súbditos leales, y les otorgará vida eterna en la Tierra. Las “cabras” serán los que hayan rechazado el Reino de Dios. (Mateo 25:31-34, 46.) En el futuro cercano, Jesús eliminará a todas las personas semejantes a cabras. (2 Tesalonicenses 1:6-9.) Si usted desea ser una de las “ovejas” de Jesús, tiene que prestar atención al mensaje del Reino y actuar en conformidad con lo que aprende. (Mateo 24:14.)


Bajo la gobernación de Jesús, ya no habrá más odio ni prejuicio
La Tierra está dividida en muchos países y cada uno tiene su propio gobierno. Las naciones suelen combatir entre sí. Pero el Reino de Dios reemplazará a todos los gobiernos humanos. Será el único gobierno en toda la Tierra. (Daniel 2:44.) Entonces ya no habrá más guerras, crímenes ni violencia. Todas las personas vivirán juntas en paz y unidad. (Miqueas 4:3, 4.)

Durante el Reinado Milenario de Jesús, las personas fieles llegarán a ser perfectas y toda la Tierra se convertirá en un paraíso. Para el final de los mil años Jesús habrá hecho todo lo que Dios quería que hiciera. Entonces entregará el Reino a su Padre. (1 Corintios 15:24.) ¿Por qué no les explica a sus amigos y seres queridos lo que el Reino de Dios hará?

MAGNÍFICOS PRIVILEGIOS PARA LOS JÓVENES


Hoy dentro de la organización terrestre de Jehová hay magníficos privilegios de servicio para los jóvenes dedicados. Estos privilegios los ponen en situación de llevar a cabo trabajo significativo que beneficia a sus semejantes. Pero, más importante que eso, honra a su Creador. Uno de los privilegios es el de emplear una porción grande de su tiempo en proclamar los propósitos de Dios y enseñar a la gente las verdades libertadoras que se encuentran en su Palabra escrita. A esto se le llama el servicio de precursor. Pudiera compararse al trabajo ministerial que llevó a cabo Pablo, un apóstol de Jesucristo. Dedicaba la mayor parte de su tiempo a este excelente modo de servir a su Creador.
Tal como Pablo trabajaba parte de su tiempo en una ocupación seglar para sufragar sus propios gastos, así lo hacen hoy los precursores. (Hech. 18:3; 20:34) Estos siervos de tiempo cabal de Jehová emprenden trabajos seglares de tiempo parcial para poder dedicar por lo menos 50 horas al mes a realmente predicar y enseñar los propósitos de Dios en los hogares de la gente.

martes, 1 de diciembre de 2009

¿QUE EXIGE DIOS DE NOSOTROS?


Una lamentable estadística que tiene que ver con la vida de familia es la de los abortos. Según un informe de las Naciones Unidas, se calcula que todos los años se interrumpen deliberadamente al menos cuarenta y cinco millones de embarazos. Cada uno de esos abortos constituye una tragedia. El conocimiento bíblico ayudó a una mujer de las Filipinas a no engrosar esa estadística.
Los testigos de Jehová entraron en contacto con esta mujer, quien aceptó el folleto para el estudio bíblico titulado ¿Qué exige Dios de nosotros? y se puso a estudiar la Biblia. Meses más tarde dijo por qué. La primera vez que la visitaron los Testigos, estaba embarazada, pero tanto ella como su esposo habían decidido que abortara. No obstante, la fotografía del feto que aparece en la página 24 del folleto le llegó al corazón, y su explicación bíblica de que la vida es sagrada porque ‘con Dios está la fuente de la vida’, la persuadió a no deshacerse de su hijo (Salmo 36:9). Actualmente es madre de un niño precioso y saludable.

!EL TIEMPO ESTA REDUCIDO!


Ahora nos hallamos en el mismísimo umbral del nuevo sistema de cosas. La destrucción del sistema de cosas actual es inminente. (2 Ped. 3:7-13; 1 Juan 2:15-17) Satanás el Diablo está por efectuar su ataque total contra los siervos de Dios. ¿Tenemos temor? ¿Estamos siendo fortalecidos para enfrentarnos a las pruebas del futuro? Impávidamente, en las palabras de Pablo, decimos: “Para todas las cosas tengo la fuerza en virtud de aquel que me imparte poder.”—Fili. 4:13.
Continuaremos nuestro estudio personal de la Palabra de Dios, y reuniéndonos en las reuniones de la congregación. Oraremos sin cesar a Jehová pidiendo guía y fuerza, y vigorosamente nos ocuparemos en hacer su voluntad. Dios ha prometido: “De ningún modo te dejaré y de ningún modo te desampararé.” Creemos esto con todo nuestro corazón, y firmemente decimos: “Jehová es mi ayudante; no tendré miedo. ¿Qué puede hacerme el hombre?” (Heb. 13:5, 6) ¡Sí, podemos aguantar las pruebas del futuro con la fuerza que proviene de Dios!

COMO MANTENER LA ACTITUD CORRECTA


La solución tiene que ver principalmente con nuestra actitud como testigos de Jehová. Para empezar, siempre veamos el lado positivo. En muchos lugares, por necesidad el territorio se abarcaría con mayor frecuencia una vez que hubiera más publicadores por población al adelantar la obra hacia el fin. Pero ¿no hemos orado por eso? (2 Tesalonicenses 3:1.) ¡Lo que ahora vemos debería regocijarnos y convencernos de que estamos en las etapas finales de la obra de hacer discípulos! Se está predicando el Reino, como predijo Jesús. Y hasta en los lugares donde la gente ‘no escucha nuestras palabras’, el que estemos activos predicando el Reino les sirve de advertencia. Recuerde que, además de hacer discípulos, proclamamos las buenas nuevas “para testimonio”. (Mateo 10:14; 24:14.)

GRACIAS

GRACIAS