martes, 7 de diciembre de 2010

Mantengamonos "sin mancha del mundo"

Naturalmente, no podemos citar todas las maneras como los cristianosdemuestran que están permaneciendo “sin mancha del mundo”. Sin embargo, seguramente el abusar de las bebidas alcohólicas, deleitarse en actividades deportivas con un marcado espíritu de competencia o que sean violentas, pasar muchas horas mirando películas o programas de televisión en que actúan pistoleros, asesinos y otros personajes inmorales, el leer libros saturados de relaciones sexuales ilícitas y el jugar ‘videojuegos’ violentos no son maneras de mantenerse sin mancha de este mundo (1 Corintios 6:9, 10; 15:33; Gálatas 5:19-26; 1 Pedro 4:3). Jehová espera que sus testigos eviten los excesos, la inmoralidad y la violencia de este mundo. Así que no debemos procurar el conocimiento de la iniquidad mundana ni el tener experiencia en ella, sino que debemos ser inocentes “pequeñuelos en cuanto a la maldad”. (1 Corintios 14:20; compárese con 1 Juan 3:2, 3.)


 El estar sin mancha de este mundo abarca todo aspecto de nuestra vida, y ciertamente tiene que ver con nuestras relaciones con otras personas. Mientras que características como el amargo celo, el espíritu de contradicción, el hacer alardes y el mentir son muy comunes en este mundo, no tienen cabida entre nosotros, pues Santiago escribió: “¿Quién es sabio y entendido entre ustedes? Que muestre por su conducta excelente sus obras con una apacibilidad que pertenece a la sabiduría. Pero si ustedes tienen en su corazón amargo celo y espíritu de contradicción, no anden haciendo alardes y mintiendo contra la verdad. Ésta no es la sabiduría que desciende de arriba, sino que es la terrenal, animal, demoníaca. Porque donde hay celo y espíritu de contradicción, allí hay desorden y toda cosa vil” (Santiago 3:13-16). ¡Qué importante es que manifestemos “una apacibilidad que pertenece a la sabiduría” y que ‘sigamos tras la paz con todos’! (Hebreos 12:14.) Ciertamente, como testigos leales de Jehová, no podemos permitir que simples diferencias personales arruinen nuestra relación con nuestros hermanos y hermanas en la fe. En lugar de eso, tenemos que ‘soportarnos unos a otros y ser perdonadores, tal como Jehová nos ha perdonado sin reserva’ (Colosenses 3:13). Ésta no es la manera mundana común de tratar a otras personas, pero es la manera piadosa de hacerlo.









GRACIAS

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