sábado, 19 de diciembre de 2009

AGUA QUE DA VIDA



Jesús había viajado por Samaria, al norte de Jerusalén. Mientras descansaba junto a un pozo, le dijo a una samaritana que le sacara un poco de agua, pues tenía sed. Ella se sorprendió de que un judío le pidiera agua, ya que en aquel tiempo los judíos y los samaritanos no se llevaban bien.

Asombrada, la mujer le preguntó a Jesús: “¿Cómo es que tú, a pesar de ser judío, me pides de beber a mí, que soy mujer samaritana?”.

Jesús respondió: “Si hubieras conocido la dádiva gratuita de Dios, y quién es el que te dice: ‘Dame de beber’, tú le habrías pedido, y él te habría dado agua viva”.

Además le explicó: “A todo el que bebe de esta agua le dará sed otra vez. A cualquiera que beba del agua que yo le daré de ningún modo le dará sed jamás, sino que el agua que yo le daré se hará en él una fuente de agua que brotará para impartir vida eterna” (Juan 4:1-15).

GRACIAS

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