viernes, 27 de noviembre de 2009

¿POR QUE HAY QUE LUCHAR TENAZMENTE POR LA FE?


Los destinatarios de la carta bíblica de Judas eran “llamados [...] y conservados para Jesucristo”. ¿Se dice acaso que su salvación fuera segura, dado que habían ‘aceptado a Jesús’? No, pues Judas instó a aquellos cristianos a ‘luchar tenazmente por la fe’, y les dio tres motivos para ello. Primero, Dios había ‘salvado a un pueblo de la tierra de Egipto’, pero muchos de sus integrantes cayeron después. Segundo, hasta hubo ángeles que se rebelaron y pasaron a ser demonios. Tercero, Dios destruyó las ciudades de Sodoma y Gomorra porque eran sumamente inmorales. Judas dice que estos relatos bíblicos constituyen un “ejemplo amonestador”. Sí, hasta los creyentes que han sido “conservados para Jesucristo” deben tener mucho cuidado de no apartarse de la fe verdadera. (Judas 1-7.)

Jehová es nuestro Padre celestial (1 Cor. 8:6). Él nos conoce a la perfección y puede ver incluso lo que hay en nuestros corazones (1 Sam. 16:7; Pro. 21:2). El rey David le dijo: “Tú mismo has llegado a conocer mi sentarme y mi levantarme. Has considerado mi pensamiento desde lejos. Pues no hay una sola palabra en mi lengua, cuando, ¡mira!, oh Jehová, tú ya lo sabes todo” (Sal. 139:2, 4). Como Dios nos conoce tan bien, no hay duda de que sabe lo que es mejor para nosotros. No solo eso: él es omnisapiente. Nada escapa a su vista. Su comprensión de las cosas supera por mucho a la del ser humano. Y conoce el resultado de los asuntos desde el principio (Isa. 46:9-11; Rom. 11:33). Él es “el único que es sabio” (Rom. 16:27, Biblia del nuevo milenio).
Además, Jehová nos ama y desea lo mejor para nosotros (Juan 3:16; 1 Juan 4:8). Y su amor lo impulsa a ser generoso. El discípulo Santiago escribió: “Toda dádiva buena y todo don perfecto es de arriba, porque desciende del Padre de las luces celestes” (Sant. 1:17). Quienes se dejan dirigir por él se benefician enormemente de su generosidad.
Por último, Jehová es todopoderoso. El salmista dijo: “Cualquiera que more en el lugar secreto del Altísimo se conseguirá alojamiento bajo la mismísima sombra del Todopoderoso. Ciertamente diré a Jehová: ‘Tú eres mi refugio y mi plaza fuerte, mi Dios, en quien de veras confiaré’” (Sal. 91:1, 2). Cuando seguimos la guía de Jehová, buscamos refugio bajo la sombra del Dios que no puede fallar. Aunque afrontemos oposición, él nos sostendrá. Jamás nos defraudará (Sal. 71:4, 5; léase Proverbios 3:19-26). Como vemos, Jehová sabe lo que es mejor para nosotros, desea lo mejor para nosotros y tiene el poder de darnos lo que es mejor para nosotros. ¡Qué error sería rechazar su guía!

GRACIAS

GRACIAS