sábado, 21 de noviembre de 2009

EL MENSAJE DE LA PALABRA DE DIOS TIENE EL PODER DE CAMBIAR EL PENSAR Y EL SENTIR DE LAS PERSONAS...


La verdad bíblica restauró mi respeto al matrimonio
SE RELATÓ esta experiencia en una asamblea que los testigos de Jehová celebraron en Madison, Wisconsin:
“Como muchacho joven de descendencia irlandesa y crianza católica siempre había tenido el deseo de servirle a Dios. Por eso, para recibir mi enseñanza de escuela secundaria ingresé en un seminario conciliar católico. Hallé que en este plantel de instrucción religiosa no se le daba mucha importancia a la Biblia. Más bien, lo que recibía énfasis era la filosofía, teología, ley eclesiástica, ritos y el vestido externo. Todo lo que aprendí allí pronto perdió todo su valor.
“Dentro de poco, grandes cambios empezaron a acontecer en mi vida. Después que terminé la enseñanza en la escuela secundaria, me matriculé en una universidad grande, me casé y luego me aparté de la fe católica.
“Después que abandoné el catolicismo, mi esposa y yo nos volvimos a la ‘naturaleza’ como religión. También me enfrasqué en la adquisición de riquezas y decidí divorciarme de mi esposa a fin de librarme de las responsabilidades maritales. Durante este tiempo estaba trabajando en un establecimiento que negociaba en bienes raíces. En esta oficina acostumbraban celebrar tertulias en toda ocasión posible: cumpleaños, víspera de Todos los Santos, Navidad; o simplemente hacían fiestas veraniegas.
“Noté que una empleada que recientemente se había hecho testigo de Jehová ya no participaba en las fiestas, aunque anteriormente había sido el ‘alma de la fiesta.’ Yo le hablé en son de reprimenda acerca de este cambio. Me informó bondadosamente que el cambio en ella se debía a su nueva religión, e inmediatamente me ofreció la oportunidad de estudiar la Biblia con ella. Acepté la oferta, y tuvimos nuestra primera consideración bíblica esa misma tarde después del trabajo.
“En comparación con mi religión anterior, en la que casi todo está permitido, pude ver cómo la Biblia cambió la vida de esta mujer. Siempre se mostró considerada, se reunía conmigo a la hora que me convenía, y me ayudó con prudencia y delicadeza a entender los principios bíblicos. Como resultado de lo que aprendí, cambié mis planes y no me divorcié de mi esposa, y más tarde llegué a ser testigo de Jehová. Estos cambios que han redundado en mi propio bien están basados en la verdad de la Biblia y por lo tanto sé que no perderán su valor.”

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