El poder sanador de la Palabra de Dios y las abundantes verdades que ésta contiene han ablandado el endurecido corazón de muchas personas. El relato bíblico hasta menciona a una vasta compañía mixta que salió de Egipto con los israelitas cuando la décima plaga azotó al país. Parece que la demostración del poder de Jehová ablandó el corazón de ellos. (Éxo. 12:38) ¿Pero qué hay de nosotros? ¿Estamos produciendo cosas buenas de la abundancia de nuestro corazón que sean una bendición para nosotros y nuestros asociados? ¿Cómo sabemos si en nuestro corazón hay cosas buenas y si podemos decirlas y hacer el bien?
Al principio de este tema se mencionó que hoy la humanidad se enfrenta a problemas que no conducen a producir buenas obras. Por todas partes vemos que la violencia, el crimen, la inmoralidad y el odio llenan el corazón de muchísimas personas. Muchas veces la gente rechaza bruscamente el mensaje que llevamos, y eso quizás nos descorazone. Es especialmente en esos momentos que necesitamos acudir a Jehová por ayuda por medio de Cristo. Hacemos bien en recordar todas las cosas buenas que tenemos, que llenan nuestro corazón hasta rebosar, y entonces esforzarnos por ayudar a otros.Por medio de su organización Jehová nos ha suministrado los instrumentos para ayudar a cualesquier personas que deseen escuchar y cuyo corazón pudiera ablandarse antes de que venga el fin .No hay mejor manera de demostrar lo que llena nuestro corazón que por compartir estas buenas nuevas con otras personas.
Por eso cuando sea oportuno, hable de la abundancia de su corazón. ¡Que todos juntos saquemos cosas buenas del buen tesoro de nuestro corazón, pues de la abundancia del corazón hablará nuestra boca!